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sábado, 28 de febrero de 2015

Natalicio de José María España

Natalicio de José María España
Nació en La Guaira en 1761, fue el tercer hijo del sargento José de España y Sáenz, y Anastasia Rodríguez del Villar; al poco tiempo la familia se traslada a Bayona, (Francia), donde transcurre su infancia. De adolescente lee sobre temas de filosofía y de política, en inglés y francés, es en este período que regresa a La Guaira para incorporarse a la milicia.
Militar e independentista, hombre de una amplia cultura, fue nombrado en 1793 Teniente Justicia Mayor de Macuto, cargo que le permitió dejar en libertad a Manuel Cortés, Juan Bautista Picornell y los hermanos Lax, españoles que habían sido enviados presos desde España a las bóvedas de La Guaira por sus ideas revolucionarias. José María España y otro coterráneo suyo, Manuel Gual, conspiraron con los citados reos para organizar un movimiento revolucionario, conocido posteriormente en la Historia como la "Conspiración de Gual y España".
Esa simpatía, reforzada por la presencia de prisioneros franceses en las costas de La Guaira, conduce tanto a José María España como a Manuel Gual a idear planes para implantar la república, no sólo en Venezuela sino en toda América. La idea cobra al poco tiempo carácter de proyecto, suma fuerzas entre amigos y conocidos, y deviene así en franca conspiración. Sus objetivos serían: la destitución del poder español, libertad de comercio y producción, creación de una República con la unión de las provincias de tierra firme de Caracas, Maracaibo, Cumaná y Guayana, declaración de los derechos de libertad, propiedad y seguridad e igualdad entre las clases sociales.
Pero al ejemplo de Francia se suma todavía un estímulo mayor cuando, durante la segunda mitad de 1796 y abril de 1797, llegó a La Guaira, un grupo de prisioneros políticos españoles, autores de la célebre conspiración de "Los Cerrillos de San Blas", dirigida por Juan Bautista Picornell y Gomilla, con él, llegaron cargados de grillos, José Lax, Manuel Cortés Campomanes, Bernardo Garaza, Juan Manzanares, Juan Pons Izquerdo, Joaquin Villalba y Sabastian Andrés, todos masones y enemigos declarados de la monarquía española. Estos masones eran miembros activos de las logias regulares "Libertad" y "España", que trabajaban en el Templo Masónico de la Calle Basteros en Madrid.
Influidos por las ideas de la Revolución Francesa, secretamente organizaron en Madrid una vasta conspiración para establecer la República. Cuando culminaban los preparativos de la Revolución fueron descubiertos y por orden del Rey fueron encarcelados y embarcados rumbo a la prisión de Cartagena de Indias. Temporalmente desembarcaron en La Guaira, quedando encerrados en el Castillo de San Carlos.
Desde sus lóbregas mazmorras, estos Masones españoles hicieron contacto con José María España y sus amigos, quienes por los contactos que poseían estaban enterados de la identidad de los prisioneros. Valiéndose de sus amistades y hasta del soborno, José María España logró hablar con ellos varias veces. Finalmente unas monedas de oro, le permitieron estar unas horas en la cárcel con sus amigos prisioneros, donde fueron iniciados formalmente en la masonería, por los ocho Maestros Masones Españoles.
Días después con ayuda de José María y los otros masones iniciados, los españoles que estaban en la cárcel lograron fugar a la Isla Francesa de Guadalupe. Allí imprimieron una traducción al castellano de "Los Derechos del Hombre y del Ciudadano". Editaron asimismo "La Canción Americana" y "Carmañola Americana", de gran difusión en el Continente.
Placa conmemorativa en el sitio donde torturan y dan muerte a José María España, en la Plaza Bolívar del Centro de Caracas.
Descubren la conspiración el 12 de julio de 1797 y mandan e apresar a España, quien huye desde su casa, en Macuto y junto con Gual, se va para Curazao. El complot fue descubierto por el Capitán Domingo Antonio Lander y el sacerdote Juan Vicente Echeverría, llevada al Capitán General, al Arzobispo y a la Real Audiencia. De Curazao llegan a Trinidad, donde España tiempo después decide regresar a Venezuela para retomar la lucha.
Clandestinamente logra embarcarse hacia Barcelona, y de igual modo llega a La Guaira en los primeros días del año 1799. Se aloja en la casa de una antigua esclava de su familia, cerca de la Casa Guipuzcoana y después pasó al Cardonal, a la casa de otro esclavo manumiso, quien también lo escondió. Dicen que de noche, disfrazado de carbonero, iba a ver a su esposa, en la calle de San Francisco. Habiendo salido ésta embarazada, empezó a despertar sospechas a los vecinos. Denunciado por el esclavo Rafael España, a quien torturaron para que lo hiciera, fue hecho prisionero, cuando bajando a la casa vecina por una chimenea, tratando de huir, la Sra. María Josefa Herrera, lo entregó a la comisión de soldados que lo buscaba. A través de otro esclavo de su hacienda, intenta asimismo fomentar una rebelión entre los negros de Naiguatá. José María España es capturado el 29 de abril de 1799.
El tribunal especial que lo juzga, compuesto por el capitán general Guevara Vasconcelos, el regente Antonio López Quintana, los oidores José Bernardo Asteguieta, Francisco Ignacio Cortínez y el escribano y secretario Rafael Diego Mérida, determina para él un castigo que quiere ser advertencia para el resto de los pobladores de la provincia de Venezuela. El 8 de mayo de 1799, en la Plaza Mayor de Caracas (actual Plaza Bolívar), se cumple la sentencia.
Amarrado a la cola de un caballo y literalmente arrastrado, llega desde la cárcel, lo hacen subir al cadalso y sin más trámites es ahorcado. Luego, el verdugo procede a decapitarlo y descuartizar el cuerpo; frita su cabeza en aceite, que fue puesta en una jaula en la Puerta de Caracas, en La Guaira; cada parte será colocada en vigas y exhibida en la entrada de Macuto, en Quinta Calzón, en Chacón,hoyo de la Cumbre, lugares donde él se reunía con los conspiradores. Esto fue un hecho con el fin de escarmentar a la población. Antes de morir dijo estas palabras:
No tardará el día en que mis cenizas sean honradas
España fue juzgado y condenado a muerte por intentar organizar una sublevación de esclavos negros de su propia hacienda en Naiguatá.
En ese mismo sitio está la estatua del Libertador Simón Bolívar, de modo que se cumplió su profecía de que sus cenizas serían honradas.
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