María Teresa |
María teresa, esposa del
libertador, mujer educada y culta de su época, con hermosos ojos color café,
piel pálida y hermosa sonrisa. Una mujer que sin duda con su naturaleza tímida
y carácter amable fue una gran influencia en Nuestro Libertador Simón Bolívar.
María nace el 15 de Octubre de 1781 en Madrid, durante el reinado de Don
Carlos III. Esa noche, la compañía dramática española puso en escena del Teatro
Principal la obra Faust. Fue la única hija de Bernardo Rodríguez del Toro y
Ascanio nacido en Caracas, Venezuela en el seno de una familia con origen en el
municipio canario de Teror, y de Benita de Alayza Medrano, oriunda de
Valladolid, España. María Teresa estaba profundamente vinculada a la sociedad
caraqueña. Su padre era hermano del tercer Marqués del Toro, Sebastián
Rodríguez del Toro y Ascanio, cuyo título heredó el primo hermano de María
Teresa, Francisco José Rodríguez del Toro e Ibarra, amigo íntimo de Bolívar,
también pariente de los Rodríguez del Toro. Al morir su madre, se encarga de su
padre y sus hermanos, lo que la hizo convertirse, a temprana edad, en madre de
sus pequeños hermanos, a quienes educó y protegió. Asistía regularmente a los
oficios religiosos y ayudaba a su padre y a su primo Pedro Rodríguez del Toro
en lo relativo a la administración de bienes y haciendas.
Simón Bolívar Joven |
El sueño de Bolívar y Teresa
comienza a realizarse el 19 de Enero de 1.794, cuando Bolívar va a cumplir 17
años. La despedida en la Guaira es muy emotiva. Su tío Esteban había sido
nombrado algo así como Viceministro de Hacienda de España. También es amigo del
Marqués de Ustáriz. La casa del Marqués de Ustáriz es centro de reuniones
culturales. Posee una enorme biblioteca que a él entusiasma. Le apasiona leer
libros filosóficos. El propio Simón Rodríguez no echaría en falta ninguno de
los volúmenes que él admiraba.
Como si se tratase de una
novela o película, María teresa conoce
al Libertador en Madrid en 1800 en la casa del Marqués Gerónimo de Ustáriz, a
quien Simón Bolívar llamaba "tutor" .Bolívar había viajado a España a
culminar sus estudios sin imaginarse que a su corta edad de 17 años
conocería “Su Joya sin defecto, valiosa
sin calculo” como el la describía al contar orgulloso sobre su noviazgo. Cuando
la vio, su vida cambio definitivamente, Bolívar se cautivó de aquella hermosa
mujer de 19 años, quien sin dudarlo le declaro su amor al poco tiempo. Ese
mismo año en Agosto María acepta el noviazgo de Simón Bolívar. Su padre, al
enterarse, les propone que esperen un tiempo hasta que ellos cumplieran la
mayoría de edad.
Simón y María |
Por motivo de que la
herencia de Bolívar dependía de que éste tuviese un matrimonio bien asentado,
éste reportaba con orgullo su noviazgo, describiendo como antes lo mencionada a
María Teresa como «una joya sin defectos, valiosa sin cálculo. Don Bernardo, el
viudo padre de María Teresa, llevó a su hija a Bilbao y al poco tiempo, en
marzo de 1801, decepcionado de Madrid, su prometido se mudó a esa ciudad.
De regreso a España, luego
de una corta estadía en París, Bolívar le propone formalmente matrimonio a
María Teresa el 5 de abril de 1802. El padre de María Teresa, aplacado por el
compromiso formal y, probablemente también por razón de los bienes del novio
valorados en unos 200.000 duros, dio su permiso y bendición a la pareja.
Don Bernardo, por lo demás,
no podía ver con malos ojos el matrimonio con un miembro de la familia Bolívar
que, desde generaciones atrás, estaba ligada por vínculos de amistad y
parentesco a los Rodríguez del Toro.
Simón le propone a María Teresa que se casen
ese mismo año en el Puerto de La Coruña. En Santander, España, el 30 de marzo
de 1802, Bolívar otorga poder a Pedro Rodríguez del Toro para suscribir en su
nombre las capitulaciones matrimoniales. En consideración de su distinguido
nacimiento, su virginidad, sus cualidades personales y su disposición de dejar
España para acompañar a Bolívar, los abogados del futuro libertador le pusieron
un valor a su prometida de 100.000 reales, aproximadamente una décima parte de
la fortuna de Bolívar. Eran las costumbres propias de la época a las cuales
Bolívar respondía con naturalidad. Tales convencionalismos en nada desmerecían,
sin embargo, el amor entre los novios.
Matrimonio |
El matrimonio se llevó a
cabo en la Iglesia de San José, en
Madrid el 26 de mayo de 1802, día miércoles, donde funcionaba la primitiva
Iglesia Parroquial de San José, en Madrid. Ello después de haber obtenido
permiso del Rey para hacerlo y de lograr la dispensa de amonestaciones. Al cabo
de unos 20 días, que la pareja empleó en despedirse de los suyos, se trasladan
a La Coruña. El 15 de junio de 1802 partieron los recién casados hacia Caracas,
desembarcando el 12 de julio en La Guaira. Allí María Teresa será acogida no
sólo por la parentela de su nuevo marido sino también por la suya propia.
Después de una corta estadía
en Caracas se trasladaron a la "Casa Grande" del ingenio Bolívar en
San Mateo. María Teresa era muy amada por su esposo, a la que el consentía con
su fruta preferida la “GUAYABA” y sin duda le daba todo su cariño, pero este
amor da una vuelta inesperada cuando
María enfermó de "fiebres malignas", hoy día
identificadas indistintamente como fiebre amarilla o paludismo, el matrimonio
regresó a Caracas a su Casa del Vínculo, donde ella murió el 22 de enero de
1803. Tras ocho meses de matrimonio y dos años de noviazgo, Bolívar perdía así
a su amada María Teresa.
Muerte de María Teresa. |
La prematura viudez fue un
suceso decisivo en la vida de Bolívar, el mismo lo comprendió así:
“Miren ustedes lo que son
las cosas; si no hubiera enviudado quizá mi vida hubiera sido otra; no sería el
General Bolívar, ni el Libertador, aunque convengo en que mi genio no era para
ser Alcalde de San Mateo.”
Nuevamente el corazón de
Simón Bolívar sufre un golpe de amarga soledad. Más tarde diría a un amigo:
“Quise mucho a mí esposa y
su muerte me hizo jurar que no volvería a casarme”. Y lo cumplió. La necesidad
de olvidar el luto, el abatimiento y la soledad afectiva le impusieron planificar otro viaje a Europa.
Manuelita Sáenz |
Nunca más buscó otro amor
como este, que le exigió constancia y pureza. Bolívar tuvo otras mujeres a las
cuales amó de paso, sin concederles importancia,
aún con la fascinadora Manuelita Sáenz, que muerto él debió darle conmovedora
prueba de abnegación y amor. Fue injusto
en ese sentido, tuvo con ella la lealtad acaso más egoísta que generosa, aunque
parezca lo contrario de ponerte que se separaran, porque “nada en el mundo
puede unirnos bajo los auspicios de la inocencia y del honor” y solía llamar la
amable loca, aunque ella merecía mucho más.
En la vida de Bolívar se conoce
otra mujer que la llamaba “Mi gloriosa” cuyo nombre verdadero era Joaquina
Garioca y que, firmaba “Gloriosa Simona Joaquina Trinidad y Bolívar”.
Fanny du Villars |
En París derrochó como en
otras capitales Europeas y también en París creció sin amor por Fanny du
Villars, nacida Trioban de Aristigueta, lejana prima suya a quien amo con
romántica pasión.
Todo esto nos ha puesto a
analizar su vida amorosa posterior, y nos lleva
a admitir que fue siempre el viudo de Teresa, sin saberlo él mismo.
Habiendo perdido a sus
padres durante su infancia, María Teresa representó para Bolívar un último y
definitivo intento de arraigo signado por la tragedia. El dolor causado por
esta muerte inesperada y prematura lo llevará a evadir en el futuro cualquier vínculo
raigal. Según señala el reconocido historiador venezolano Tomás Polanco
Alcantara en su obra Simón Bolívar: "Bolívar, en 1828, describió con estas
palabras la situación anímica y afectiva en que se encontraba cuando en 1802
regresó a Venezuela: 'Entonces mi cabeza estaba llena de los vapores del más
violento amor y no de ideas políticas'. Lo mismo afirma en otros testimonios.
Por ejemplo, en carta a su amigo Pedro Joseph Dehollain le decía que, al
casarse, se convirtió en un 'ente dichoso que cantaba alegre el colmo de sus
felicidades con la posesión de su Teresa'. Teresa era el centro afectivo de la
vida del esposo. Él había pasado por la muerte de su padre y después por las de
su madre y de su abuelo. Teresa fue el primer ser humano unido a él y con quien
esperaba compartir la vida, las ilusiones, los proyectos. Por eso explicó a
Perú de la Croix: 'Quise mucho a mi mujer'. La desaparición de Teresa tenía que
ocasionarle una crisis profunda: 'Yo la he perdido y con ella la vida de
dulzura'. 'El dolor un sólo instante no me deja consuelo que buscar',
'deplorable y triste suerte a la que me hallo condenado'. El estado en que se
encontraba era patético. Quedó sumergido en una tristeza profunda y cambia su
carácter". El juramento de no volver a casarse que pronuncia en ese
momento es un acto de rebeldía en contra del dolor al que puede conducir la
entrega incondicional de los sentimientos. A pesar de sus muchos amores y
amoríos Bolívar cumplirá fielmente con la palabra empeñada, como lo hizo
también con otros de sus juramentos. De acuerdo al historiador venezolano José
Luis Silva Luongo en su obra Bolívar, Herencia de Todos: "La inesperada
muerte de María Teresa es un duro y decisivo golpe en la vida de Bolívar que lo
sume en el más profundo dolor...De nuevo se topa con el infortunio y sabe
apelar a su profunda energía para enfrentarlo y seguir adelante. En el futuro
no volverá a entregar amor puro y permanente a mujer alguna, tampoco en lo
adelante ninguna lo atará en forma definitiva".
Simón Bolívar y María Teresa |
La desesperación experimentada
por Bolívar hará temer que atente contra su vida. Este, sin embargo, emprenderá
un segundo viaje a Europa para mitigar su inmensa pena. En Madrid sostendrá un
conmovedor encuentro con su suegro Don Bernardo que siempre recordará. En
compañía de Fernando Rodríguez del Toro, primo hermano de María Teresa, viajará
a París donde volverá a tomar contacto con su antiguo maestro Simón Rodríguez.
Ello resultará de vital importancia en la vida de Bolívar pues éste,
comprendiendo la desesperación que embargaba a su antiguo discípulo, lo
encauzará hacia la política para hacerle superar el vacío vital que había
dejado la muerte de María Teresa.
Habiéndole sido negada la dulzura de la vida hogareña, Bolívar se
transmutará así en un hombre volcado hacia los asuntos públicos. Según sus
propias palabras ello lo hará seguir el "carro de Marte" en lugar del
"arado de Ceres". En 1828, analizando la influencia que la muerte de
su esposa había tenido en él, Bolívar confiesa: "Si no hubiera enviudado,
quizás mi vida hubiera sido otra; no sería el general Bolívar ni el Libertador,
aunque convengo en que mi genio no era para ser alcalde de San Mateo". No
en balde en su obra Bolívar el famoso historiador español Salvador de Madariaga
afirmará lo siguiente: "Este final súbito de la vida retirada y personal
de una joven de veintiún años ha sido quizá uno de los acontecimientos claves
de la historia del Nuevo Mundo".
El libertador y su Amada Esposa María |
Los restos de María Teresa
fueron enterrados en el panteón de la familia Bolívar en la Catedral de Caracas
junto a los de los padres y antepasados de su marido. Cuando los restos del
Libertador fueron repatriados desde Santa Marta en Colombia, en diciembre de
1842, fueron enterrados junto a los de su esposa. Allí permanecieron lado a
lado por treinta y cuatro años hasta que el 28 de octubre de 1876 los despojos
del Libertador fueron trasladados al Panteón Nacional. Simultáneamente se
comenzó a ejecutar el conjunto de esculturas yacentes de María Teresa y de los
padres de Simón Bolívar que habrían de ser colocadas en el lugar de reposo de
sus restos en la Capilla de la Santísima Trinidad de la Catedral de Caracas. El
mismo fue encargado al escultor italiano Pietro Tenari. En 1930 el monumento
fúnebre a María Teresa Rodríguez del Toro, Juan Vicente Bolívar y Ponte y doña
Concepción Palacios Blanco sería enriquecido con una imagen alegórica de
Bolívar protegiendo con sus brazos a su esposa y a sus padres. Esta última
escultura fue realizada por el reconocido artista español Victorio Macho.
Palabras
de nuestro libertador por la muerte de
María
“Yo contemplaba a mi mujer como un ser divino.
El cielo creyó que le pertenecía y me la arrebató porque no era creada para la
tierra”
Sin lugar a duda Bolívar amo incondicionalmente a esta hermosa mujer de corazón de oro, Bolívar fue el Gran libertador gracias a que parte importante de su vida la marco María Teresa, la mujer que no era creada para esta tierra según nuestro Libertador.
El libertador, Película Basada en la vida y obra de Simón Bolívar , donde aparece María Teresa (su gran amor).
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