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jueves, 22 de enero de 2015

Muerte de La mujer que cautivo a El libertador 22 de Enero


María Teresa 
María teresa, esposa del libertador, mujer educada y culta de su época, con hermosos ojos color café, piel pálida y hermosa sonrisa. Una mujer que sin duda con su naturaleza tímida y carácter amable fue una gran influencia en Nuestro Libertador Simón Bolívar.
María  nace el 15 de Octubre  de 1781 en Madrid, durante el reinado de Don Carlos III. Esa noche, la compañía dramática española puso en escena del Teatro Principal la obra Faust. Fue la única hija de Bernardo Rodríguez del Toro y Ascanio nacido en Caracas, Venezuela en el seno de una familia con origen en el municipio canario de Teror, y de Benita de Alayza Medrano, oriunda de Valladolid, España. María Teresa estaba profundamente vinculada a la sociedad caraqueña. Su padre era hermano del tercer Marqués del Toro, Sebastián Rodríguez del Toro y Ascanio, cuyo título heredó el primo hermano de María Teresa, Francisco José Rodríguez del Toro e Ibarra, amigo íntimo de Bolívar, también pariente de los Rodríguez del Toro. Al morir su madre, se encarga de su padre y sus hermanos, lo que la hizo convertirse, a temprana edad, en madre de sus pequeños hermanos, a quienes educó y protegió. Asistía regularmente a los oficios religiosos y ayudaba a su padre y a su primo Pedro Rodríguez del Toro en lo relativo a la administración de bienes y haciendas.
Simón Bolívar Joven
El sueño de Bolívar y Teresa comienza a realizarse el 19 de Enero de 1.794, cuando Bolívar va a cumplir 17 años. La despedida en la Guaira es muy emotiva. Su tío Esteban había sido nombrado algo así como Viceministro de Hacienda de España. También es amigo del Marqués de Ustáriz. La casa del Marqués de Ustáriz es centro de reuniones culturales. Posee una enorme biblioteca que a él entusiasma. Le apasiona leer libros filosóficos. El propio Simón Rodríguez no echaría en falta ninguno de los volúmenes que él admiraba.
Como si se tratase de una novela o película,  María teresa conoce al Libertador en Madrid en 1800 en la casa del Marqués Gerónimo de Ustáriz, a quien Simón Bolívar llamaba "tutor" .Bolívar había viajado a España a culminar sus estudios sin imaginarse que a su corta edad de 17 años conocería  “Su Joya sin defecto, valiosa sin calculo” como el la describía al contar orgulloso sobre su noviazgo. Cuando la vio, su vida cambio definitivamente, Bolívar se cautivó de aquella hermosa mujer de 19 años, quien sin dudarlo le declaro su amor al poco tiempo. Ese mismo año en Agosto María acepta el noviazgo de Simón Bolívar. Su padre, al enterarse, les propone que esperen un tiempo hasta que ellos cumplieran la mayoría de edad.
Simón y María
Por motivo de que la herencia de Bolívar dependía de que éste tuviese un matrimonio bien asentado, éste reportaba con orgullo su noviazgo, describiendo como antes lo mencionada a María Teresa como «una joya sin defectos, valiosa sin cálculo. Don Bernardo, el viudo padre de María Teresa, llevó a su hija a Bilbao y al poco tiempo, en marzo de 1801, decepcionado de Madrid, su prometido se mudó a esa ciudad.
De regreso a España, luego de una corta estadía en París, Bolívar le propone formalmente matrimonio a María Teresa el 5 de abril de 1802. El padre de María Teresa, aplacado por el compromiso formal y, probablemente también por razón de los bienes del novio valorados en unos 200.000 duros, dio su permiso y bendición a la pareja.
Don Bernardo, por lo demás, no podía ver con malos ojos el matrimonio con un miembro de la familia Bolívar que, desde generaciones atrás, estaba ligada por vínculos de amistad y parentesco a los Rodríguez del Toro.
Simón le propone a María Teresa que se casen ese mismo año en el Puerto de La Coruña. En Santander, España, el 30 de marzo de 1802, Bolívar otorga poder a Pedro Rodríguez del Toro para suscribir en su nombre las capitulaciones matrimoniales. En consideración de su distinguido nacimiento, su virginidad, sus cualidades personales y su disposición de dejar España para acompañar a Bolívar, los abogados del futuro libertador le pusieron un valor a su prometida de 100.000 reales, aproximadamente una décima parte de la fortuna de Bolívar. Eran las costumbres propias de la época a las cuales Bolívar respondía con naturalidad. Tales convencionalismos en nada desmerecían, sin embargo, el amor entre los novios.
Matrimonio 
El matrimonio se llevó a cabo  en la Iglesia de San José, en Madrid el 26 de mayo de 1802, día miércoles, donde funcionaba la primitiva Iglesia Parroquial de San José, en Madrid. Ello después de haber obtenido permiso del Rey para hacerlo y de lograr la dispensa de amonestaciones. Al cabo de unos 20 días, que la pareja empleó en despedirse de los suyos, se trasladan a La Coruña. El 15 de junio de 1802 partieron los recién casados hacia Caracas, desembarcando el 12 de julio en La Guaira. Allí María Teresa será acogida no sólo por la parentela de su nuevo marido sino también por la suya propia.
Después de una corta estadía en Caracas se trasladaron a la "Casa Grande" del ingenio Bolívar en San Mateo. María Teresa era muy amada por su esposo, a la que el consentía con su fruta preferida la “GUAYABA” y sin duda le daba todo su cariño, pero este amor da una vuelta inesperada cuando  María  enfermó  de "fiebres malignas", hoy día identificadas indistintamente como fiebre amarilla o paludismo, el matrimonio regresó a Caracas a su Casa del Vínculo, donde ella murió el 22 de enero de 1803. Tras ocho meses de matrimonio y dos años de noviazgo, Bolívar perdía así a su amada María Teresa.
Muerte de María Teresa.
La prematura viudez fue un suceso decisivo en la vida de Bolívar, el mismo lo comprendió así:
“Miren ustedes lo que son las cosas; si no hubiera enviudado quizá mi vida hubiera sido otra; no sería el General Bolívar, ni el Libertador, aunque convengo en que mi genio no era para ser Alcalde de San Mateo.”
Nuevamente el corazón de Simón Bolívar sufre un golpe de amarga soledad. Más tarde diría a un amigo:
“Quise mucho a mí esposa y su muerte me hizo jurar que no volvería a casarme”. Y lo cumplió. La necesidad de olvidar el luto, el abatimiento y la soledad afectiva le impusieron  planificar otro viaje a Europa.
Manuelita Sáenz
Nunca más buscó otro amor como este, que le exigió constancia y pureza. Bolívar tuvo otras mujeres a las cuales amó de paso, sin concederles  importancia, aún con la fascinadora Manuelita Sáenz, que muerto él debió darle conmovedora prueba de abnegación y amor.  Fue injusto en ese sentido, tuvo con ella la lealtad acaso más egoísta que generosa, aunque parezca lo contrario de ponerte que se separaran, porque “nada en el mundo puede unirnos bajo los auspicios de la inocencia y del honor” y solía llamar la amable loca, aunque ella merecía mucho más.
En la vida de Bolívar se conoce otra mujer que la llamaba “Mi gloriosa” cuyo nombre verdadero era Joaquina Garioca y que, firmaba “Gloriosa Simona Joaquina Trinidad y Bolívar”.

Fanny du Villars
En París derrochó como en otras capitales Europeas y también en París creció sin amor por Fanny du Villars, nacida Trioban de Aristigueta, lejana prima suya a quien amo con romántica pasión.
Todo esto nos ha puesto a analizar su vida amorosa posterior, y nos lleva  a admitir que fue siempre el viudo de Teresa, sin saberlo él mismo.
Habiendo perdido a sus padres durante su infancia, María Teresa representó para Bolívar un último y definitivo intento de arraigo signado por la tragedia. El dolor causado por esta muerte inesperada y prematura lo llevará a evadir en el futuro cualquier vínculo raigal. Según señala el reconocido historiador venezolano Tomás Polanco Alcantara en su obra Simón Bolívar: "Bolívar, en 1828, describió con estas palabras la situación anímica y afectiva en que se encontraba cuando en 1802 regresó a Venezuela: 'Entonces mi cabeza estaba llena de los vapores del más violento amor y no de ideas políticas'. Lo mismo afirma en otros testimonios. Por ejemplo, en carta a su amigo Pedro Joseph Dehollain le decía que, al casarse, se convirtió en un 'ente dichoso que cantaba alegre el colmo de sus felicidades con la posesión de su Teresa'. Teresa era el centro afectivo de la vida del esposo. Él había pasado por la muerte de su padre y después por las de su madre y de su abuelo. Teresa fue el primer ser humano unido a él y con quien esperaba compartir la vida, las ilusiones, los proyectos. Por eso explicó a Perú de la Croix: 'Quise mucho a mi mujer'. La desaparición de Teresa tenía que ocasionarle una crisis profunda: 'Yo la he perdido y con ella la vida de dulzura'. 'El dolor un sólo instante no me deja consuelo que buscar', 'deplorable y triste suerte a la que me hallo condenado'. El estado en que se encontraba era patético. Quedó sumergido en una tristeza profunda y cambia su carácter". El juramento de no volver a casarse que pronuncia en ese momento es un acto de rebeldía en contra del dolor al que puede conducir la entrega incondicional de los sentimientos. A pesar de sus muchos amores y amoríos Bolívar cumplirá fielmente con la palabra empeñada, como lo hizo también con otros de sus juramentos. De acuerdo al historiador venezolano José Luis Silva Luongo en su obra Bolívar, Herencia de Todos: "La inesperada muerte de María Teresa es un duro y decisivo golpe en la vida de Bolívar que lo sume en el más profundo dolor...De nuevo se topa con el infortunio y sabe apelar a su profunda energía para enfrentarlo y seguir adelante. En el futuro no volverá a entregar amor puro y permanente a mujer alguna, tampoco en lo adelante ninguna lo atará en forma definitiva".
Simón Bolívar y María Teresa
La desesperación experimentada por Bolívar hará temer que atente contra su vida. Este, sin embargo, emprenderá un segundo viaje a Europa para mitigar su inmensa pena. En Madrid sostendrá un conmovedor encuentro con su suegro Don Bernardo que siempre recordará. En compañía de Fernando Rodríguez del Toro, primo hermano de María Teresa, viajará a París donde volverá a tomar contacto con su antiguo maestro Simón Rodríguez. Ello resultará de vital importancia en la vida de Bolívar pues éste, comprendiendo la desesperación que embargaba a su antiguo discípulo, lo encauzará hacia la política para hacerle superar el vacío vital que había dejado la muerte de María Teresa.  Habiéndole sido negada la dulzura de la vida hogareña, Bolívar se transmutará así en un hombre volcado hacia los asuntos públicos. Según sus propias palabras ello lo hará seguir el "carro de Marte" en lugar del "arado de Ceres". En 1828, analizando la influencia que la muerte de su esposa había tenido en él, Bolívar confiesa: "Si no hubiera enviudado, quizás mi vida hubiera sido otra; no sería el general Bolívar ni el Libertador, aunque convengo en que mi genio no era para ser alcalde de San Mateo". No en balde en su obra Bolívar el famoso historiador español Salvador de Madariaga afirmará lo siguiente: "Este final súbito de la vida retirada y personal de una joven de veintiún años ha sido quizá uno de los acontecimientos claves de la historia del Nuevo Mundo".
El libertador y su Amada Esposa María
Los restos de María Teresa fueron enterrados en el panteón de la familia Bolívar en la Catedral de Caracas junto a los de los padres y antepasados de su marido. Cuando los restos del Libertador fueron repatriados desde Santa Marta en Colombia, en diciembre de 1842, fueron enterrados junto a los de su esposa. Allí permanecieron lado a lado por treinta y cuatro años hasta que el 28 de octubre de 1876 los despojos del Libertador fueron trasladados al Panteón Nacional. Simultáneamente se comenzó a ejecutar el conjunto de esculturas yacentes de María Teresa y de los padres de Simón Bolívar que habrían de ser colocadas en el lugar de reposo de sus restos en la Capilla de la Santísima Trinidad de la Catedral de Caracas. El mismo fue encargado al escultor italiano Pietro Tenari. En 1930 el monumento fúnebre a María Teresa Rodríguez del Toro, Juan Vicente Bolívar y Ponte y doña Concepción Palacios Blanco sería enriquecido con una imagen alegórica de Bolívar protegiendo con sus brazos a su esposa y a sus padres. Esta última escultura fue realizada por el reconocido artista español Victorio Macho.

Palabras de nuestro libertador por la muerte  de María
 “Yo contemplaba a mi mujer como un ser divino. El cielo creyó que le pertenecía y me la arrebató porque no era creada para la tierra”


Sin lugar a duda Bolívar amo incondicionalmente a esta hermosa mujer de corazón de oro, Bolívar fue el Gran libertador gracias a que parte importante de su vida la marco María Teresa, la mujer que no era creada para esta tierra según nuestro Libertador.


El libertador, Película Basada en la vida y obra de Simón Bolívar , donde aparece María Teresa (su gran amor). 


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