El 21 de diciembre de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas
proclamó el 24 de marzo como Día Internacional del Derecho a la
Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la
Dignidad de las Víctimas.
El propósito del Día es el
siguiente:
Promover la memoria de las
víctimas de violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos y la
importancia del derecho a la verdad y la justicia.
Rendir tributo a quienes han dedicado su vida a la
lucha por promover y proteger los derechos humanos de todos y a quienes la han
perdido en ese empeño.
Reconocer en particular la
importante y valiosa labor y los valores de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, de El Salvador, quien se consagró activamente a la promoción y
protección de los derechos humanos en su país, labor que fue reconocida
internacionalmente a través de sus
mensajes, en los que denunció
violaciones de los derechos humanos de las poblaciones más vulnerables y su
dedicación al servicio de la humanidad, en el contexto de conflictos armados, como
humanista consagrado a la defensa de los derechos humanos, la protección de
vidas humanas y la promoción de la dignidad del ser humano, sus llamamientos constantes al diálogo y su
oposición a toda forma de violencia para evitar el enfrentamiento armado, que en definitiva le costaron la vida el 24 de
marzo de 1980.
La Asamblea General de la
ONU, en su resolución, invita a todos los Estados Miembros, a las organizaciones del sistema de las
Naciones Unidas y a otras organizaciones internacionales, así como a las entidades de la sociedad civil,
incluidas las organizaciones no
gubernamentales y los particulares, a
observar de manera apropiada el Día Internacional.
Pero además el 24 de marzo
en 1976, se produjo en Argentina el golpe de estado que derrocó a María Estela
Rodríguez de Perón instaurando hasta el 10 de diciembre de 1983 una sangrienta dictadura
caracterizada por el secuestro, homicidio, desaparición forzada de personas y apropiación
de niños; muchas de cuyas víctimas
todavía hoy esperan por justicia , reparación y verdad.
El derecho a la verdad hace
parte también de la obligación del estado de combatir la impunidad de las
graves violaciones a los derechos humanos, cometidas por sus funcionarios o por
particulares con su tolerancia. La impunidad
ha sido entendida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos como "la falta en su conjunto de
investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y condena de los responsables
de las violaciones de los derechos protegidos por la Convención
Americana."
Según el informe "Nunca
más" de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas
(CONADEP) hubo al menos 8.961
desaparecidos, sin mencionar los casos
de hijos que fueron dados en adopción y otras graves violaciones de derechos
humanos muchos de cuyos perpetradores están siendo sometidos a la justicia.
En ambos casos el 24 de marzo, marca graves violaciones de derechos humanos, que
merecen justicia, verdad y reparación. Estos tres elementos hacen parte de un todo
indisoluble que es lo único capaz de lograr la paz en las sociedades que han
pasado por procesos de conflictos marcados por gravísimas violaciones de
derechos humanos, solo el cabal
cumplimiento de estas obligaciones garantiza la no repetición de los hechos.
La Corte Interamericana ha
reconocido que "el derecho a conocer
la verdad de los familiares de víctimas de graves violaciones de derechos
humanos se enmarca en el derecho de acceso a la justicia. Así mismo,
la Corte ha fundamentado la obligación
de investigar como una forma de reparación, ante la necesidad de reparar la violación del
derecho a conocer la verdad en el caso concreto. El derecho a conocer la verdad también ha sido
reconocido en diversos instrumentos de Naciones Unidas y recientemente por la
Asamblea General de la Organización de Estados Americanos" (Corte IDH.
Caso Anzualdo Castro contra Perú , Sentencia de 22 de septiembre 2009).
Por estas razones resulta
particularmente importante, no solo
hacer justicia a la memoria de las víctimas, saber que ocurrió con ellas como parte del
derecho de sus familiares al acceso a la justicia; pero también hacer parte del derecho a la
verdad de toda la sociedad, la necesidad
de saber para que salgan a la luz los graves hechos que constituyen las
violaciones de derechos humanos, y
evitar que vuelvan a repetirse. La Corte Interamericana ha dicho al respecto
que:
"El Tribunal considera
que el derecho a conocer la verdad tiene como efecto necesario que en una
sociedad democrática se conozca la verdad sobre los hechos de graves
violaciones de derechos humanos. Esta es
una justa expectativa que el Estado debe satisfacer, por un lado, mediante la obligación de investigar las
violaciones de derechos humanos y, por
el otro, con la divulgación pública de
los resultados de los procesos penales e investigativos. Esto exige del Estado la determinación
procesal de los patrones de actuación conjunta y de todas las personas que de
diversas formas participaron en dichas violaciones y sus correspondientes
responsabilidades. Además, en cumplimiento de sus obligaciones de
garantizar el derecho a conocer la verdad, los Estados pueden establecer comisiones de la
verdad, las que contribuyen a la
construcción y preservación de la memoria histórica, el esclarecimiento de hechos y la
determinación de responsabilidades institucionales, sociales y políticas en determinados períodos
históricos de una sociedad." (Corte IDH. Caso Anzualdo Castro contra Perú,
Sentencia de 22 de septiembre 2009).
En casos como el de
Argentina, El Salvador o en Guatemala
donde recientemente se enjuicia al ex general Rios Montt por graves violaciones
de derechos humanos y genocidio, se reafirma
la importancia del derecho a la justicia
y su relación con el derecho a la verdad, no solo en casos de desapariciones forzadas
sino en general en graves violaciones de derechos humanos, crímenes de lesa
humanidad y genocidio.
El derecho a la verdad es
importante frente a las graves violaciones de derechos humanos del pasado, pero no debemos olvidar que también hoy en día
ocurren gravísimas violaciones a derechos humanos y que también los familiares
de estas víctimas merecen justicia verdad y reparación, no podemos esperar que pasen 20, 30 o más
años, la obligación de investigar los
hechos, sancionar a los responsables, reparar
a las víctimas y establecer la verdad es inmediata, universal y no debe
prescribir.
«En este día, comprometámonos a ayudar a las víctimas, sus familias y la sociedad a hacer efectivo su
derecho a la verdad y a proteger a quienes luchan para que prevalezca la
verdad.»
Mensaje del Secretario
General, Ban Ki-moon , con motivo del
Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de
los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas, 24 de marzo de 2014.
un.org
wikipedia
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