Papa Juan Pablo II instituyó el 11 de febrero Jornada Mundial del Enfermo |
“Me dirijo particularmente a
las personas enfermas y a todos los que les presentan asistencia y cuidado.
Queridos enfermos, la Iglesia reconoce en vosotros una presencia especial de
Cristo que sufre, en efectivo, junto, o mejor aún, dentro de nuestro
sufrimiento está el de Jesús, que lleva a nuestro lado el peso y revela su
sentido”.
“He decidido instituir la
Jornada mundial del enfermo, que se celebrará el 11 de febrero de cada año,
memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes”.
Con estas hermosas palabras
e inolvidable discurso, nuestro Papa Juan Pablo II instituyo el 11 de Febrero
como la Jornada Mundial del enfermo en inglés World Day of the Sick.
La celebración anual de la
Jornada mundial del enfermo tiene, por tanto, como objetivo manifiesto
sensibilizar al pueblo de Dios y, por consiguiente, a las varias instituciones
sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar
la mejor asistencia posible a los enfermos.
La fiesta de la Virgen de
Lourdes ha sido reconocida por la iglesia católica, como la jornada mundial del
enfermo, siendo este día en el que se exhorta a encomendar las oraciones y
actos litúrgicos por el proceso de dolor que llevan en su vida los enfermos.
Al adentrarse en la historia de Santa Bernardita y la Virgen de Lourdes, podemos percibir la infinidad de milagros que han sucedido al beber el agua de Lourdes que fue bendecida por la Santa Virgen María.
Santa Bernardita |
Juan Pablo, este Santo Padre
con su ejemplo de vida mostró al mundo que un enfermo tiene muchas cosas que
decir, siendo la muerte solo un tránsito. Era un cristiano que resistió y no
cedió ante las dificultades, llevando su cruz hasta el final de su enfermedad.
El objetivo de esta jornda
es ayudar a los enfermo a valorar, en el plano humano y sobre todo en el
sobrenatural, el sufrimiento; hacer que se comprometan en la pastoral sanitaria
de manera especial las diócesis, las comunidades cristianas y las familias
religiosas; favorecer el compromiso cada vez más valioso del voluntariado,
recordar la importancia de la formación espiritual y moral de los agentes
sanitarios y, por último, hacer que los sacerdotes diocesanos y regulares, así
como cuantos viven y trabajan junto a los que sufren, comprendan mejor la
importancia de la asistencia religiosa a los enfermos. (Carta al Card.
Angelini, 13 de Mayo de 1992)
Este día además de
conmemorar con alegría una de las apariciones de la Santa Virgen, más
conmovedoras, encomendemos a Dios nuestras peticiones por las personas que
padecen alguna enfermedad.
Oración por los enfermos
Únete con fe a esta oración
depositando tu vida entera en las manos de Jesús.
Señor Jesús, creemos que
estás vivo y resucitado. Creemos que estás realmente presente en el Santísimo
Sacramento del altar y en cada uno de nosotros. Te alabamos y te adoramos, por
venir hasta nosotros como pan vivo bajado del cielo.Tú eres la plenitud de la
vida.Tú eres la resurrección y la vida.Tú eres, Señor, la salud de los
enfermos.
Papa Juan Pablo II |
Hoy queremos presentarte a
todos los enfermos, porque para Ti no hay distancia ni en el tiempo ni en el
espacio.
Tú eres el eterno presente y Tú los conoces.
Ahora, Señor, te pedimos que tengas compasión de ellos, para que todos
reconozcan que Tú estás vivo en tu Iglesia hoy; y que se renueve su fe y su
confianza en Ti; te lo suplicamos, Jesús.
Ten compasión de los que sufren en su cuerpo,
de los que sufren en su corazón y de los que sufren en su alma que están orando
y oyendo los testimonios de lo que Tú estás haciendo por tu Espíritu renovador
en el mundo entero.
Ten compasión de ellos, Señor.Desde ahora te
lo pedimos.
Bendícelos a todos y haz que
muchos vuelvan a encontrar la salud, que su fe crezca y se vayan abriendo a las
maravillas de tu amor, para que también ellos sean testigos de tu poder y de tu
compasión.
Te lo pedimos, Jesús, por el poder de tus
santas llagas, por tu santa cruz y por tu preciosa sangre. Sánalos, Señor.
Sánalos en su cuerpo,
sánalos en su corazón, sánalos en su alma. Dales vida y vida en abundancia.
Te lo pedimos por
intercesión de María Santísima, tu madre, la Virgen de los Dolores, quien
estaba presente, de pie, cerca de la cruz. La que fue la primera en contemplar
tus santas llagas y que nos diste por madre.
Virgen Lourdes |
Tú nos has revelado que ya
has tomado sobre Ti todas nuestras dolencias y por tus santas llagas hemos sido
curados.
Hoy, Señor, te presentamos
en fe a todos los enfermos que nos han pedido oración y te pedimos que los
alivies en su enfermedad y que les dés la salud.
Te pedimos por la gloria del
Padre del cielo, que sanes a los enfermos que van a leer esta oración. Haz que
crezcan en la fe, en la esperanza, y que reciban la salud para gloria de tu
Nombre.
Para que tu Reino siga
extendiéndose más y más en los corazones, a través de los signos y prodigios de
tu amor. Todo esto te lo pedimos Jesús, porque Tú eres Jesús, Tú eres el Buen
Pastor y todos somos ovejas de tu rebaño.
Estamos tan seguros de tu
amor, que aún antes de conocer el resultado de nuestra oración en fe, te
decimos: gracias Jesús por lo que Tú vas a hacer en cada uno de ellos.
Gracias por los enfermos que
Tú estás sanando ahora, que Tú estás visitando con tu misericordia. Gracias,
Jesús, por lo que Tú vas a hacer. Lo depositamos en tus manos desde hoy y te
pedimos que lo sumerjas en tus santas llagas. Que lo cubras con tu sangre
divina, y que a través de este mensaje tu corazón de Buen Pastor hable a los
corazones de tantos enfermos que van a leerlo. ¡Gloria y alabanza a Ti, Señor!
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