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miércoles, 11 de febrero de 2015

El 13 de mayo de 1992, el Papa Juan Pablo II instituyó el 11 de febrero Jornada Mundial del Enfermo.

Papa Juan Pablo II instituyó el 11 de febrero Jornada Mundial del Enfermo
“Me dirijo particularmente a las personas enfermas y a todos los que les presentan asistencia y cuidado. Queridos enfermos, la Iglesia reconoce en vosotros una presencia especial de Cristo que sufre, en efectivo, junto, o mejor aún, dentro de nuestro sufrimiento está el de Jesús, que lleva a nuestro lado el peso y revela su sentido”.
“He decidido instituir la Jornada mundial del enfermo, que se celebrará el 11 de febrero de cada año, memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes”.
Con estas hermosas palabras e inolvidable discurso, nuestro Papa Juan Pablo II instituyo el 11 de Febrero como la Jornada Mundial del enfermo en inglés World Day of the Sick.
La celebración anual de la Jornada mundial del enfermo tiene, por tanto, como objetivo manifiesto sensibilizar al pueblo de Dios y, por consiguiente, a las varias instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos.
La fiesta de la Virgen de Lourdes ha sido reconocida por la iglesia católica, como la jornada mundial del enfermo, siendo este día en el que se exhorta a encomendar las oraciones y actos litúrgicos por el proceso de dolor que llevan en su vida los enfermos.

Al adentrarse en la historia de Santa Bernardita y la Virgen de Lourdes, podemos percibir la infinidad de milagros que han sucedido al beber el agua de Lourdes que fue bendecida por la Santa Virgen María.
Santa Bernardita
Juan Pablo, este Santo Padre con su ejemplo de vida mostró al mundo que un enfermo tiene muchas cosas que decir, siendo la muerte solo un tránsito. Era un cristiano que resistió y no cedió ante las dificultades, llevando su cruz hasta el final de su enfermedad.
El objetivo de esta jornda es ayudar a los enfermo a valorar, en el plano humano y sobre todo en el sobrenatural, el sufrimiento; hacer que se comprometan en la pastoral sanitaria de manera especial las diócesis, las comunidades cristianas y las familias religiosas; favorecer el compromiso cada vez más valioso del voluntariado, recordar la importancia de la formación espiritual y moral de los agentes sanitarios y, por último, hacer que los sacerdotes diocesanos y regulares, así como cuantos viven y trabajan junto a los que sufren, comprendan mejor la importancia de la asistencia religiosa a los enfermos. (Carta al Card. Angelini, 13 de Mayo de 1992)
Este día además de conmemorar con alegría una de las apariciones de la Santa Virgen, más conmovedoras, encomendemos a Dios nuestras peticiones por las personas que padecen alguna enfermedad.

Oración por los enfermos
Únete con fe a esta oración depositando tu vida entera en las manos de Jesús.
Señor Jesús, creemos que estás vivo y resucitado. Creemos que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de nosotros. Te alabamos y te adoramos, por venir hasta nosotros como pan vivo bajado del cielo.Tú eres la plenitud de la vida.Tú eres la resurrección y la vida.Tú eres, Señor, la salud de los enfermos.
 Papa Juan Pablo II
Hoy queremos presentarte a todos los enfermos, porque para Ti no hay distancia ni en el tiempo ni en el espacio.
 Tú eres el eterno presente y Tú los conoces. Ahora, Señor, te pedimos que tengas compasión de ellos, para que todos reconozcan que Tú estás vivo en tu Iglesia hoy; y que se renueve su fe y su confianza en Ti; te lo suplicamos, Jesús.
 Ten compasión de los que sufren en su cuerpo, de los que sufren en su corazón y de los que sufren en su alma que están orando y oyendo los testimonios de lo que Tú estás haciendo por tu Espíritu renovador en el mundo entero.
 Ten compasión de ellos, Señor.Desde ahora te lo pedimos.
Bendícelos a todos y haz que muchos vuelvan a encontrar la salud, que su fe crezca y se vayan abriendo a las maravillas de tu amor, para que también ellos sean testigos de tu poder y de tu compasión.
 Te lo pedimos, Jesús, por el poder de tus santas llagas, por tu santa cruz y por tu preciosa sangre. Sánalos, Señor.
Sánalos en su cuerpo, sánalos en su corazón, sánalos en su alma. Dales vida y vida en abundancia.
Te lo pedimos por intercesión de María Santísima, tu madre, la Virgen de los Dolores, quien estaba presente, de pie, cerca de la cruz. La que fue la primera en contemplar tus santas llagas y que nos diste por madre.
Virgen Lourdes
Tú nos has revelado que ya has tomado sobre Ti todas nuestras dolencias y por tus santas llagas hemos sido curados.
Hoy, Señor, te presentamos en fe a todos los enfermos que nos han pedido oración y te pedimos que los alivies en su enfermedad y que les dés la salud.
Te pedimos por la gloria del Padre del cielo, que sanes a los enfermos que van a leer esta oración. Haz que crezcan en la fe, en la esperanza, y que reciban la salud para gloria de tu Nombre.
Para que tu Reino siga extendiéndose más y más en los corazones, a través de los signos y prodigios de tu amor. Todo esto te lo pedimos Jesús, porque Tú eres Jesús, Tú eres el Buen Pastor y todos somos ovejas de tu rebaño.
Estamos tan seguros de tu amor, que aún antes de conocer el resultado de nuestra oración en fe, te decimos: gracias Jesús por lo que Tú vas a hacer en cada uno de ellos.
Gracias por los enfermos que Tú estás sanando ahora, que Tú estás visitando con tu misericordia. Gracias, Jesús, por lo que Tú vas a hacer. Lo depositamos en tus manos desde hoy y te pedimos que lo sumerjas en tus santas llagas. Que lo cubras con tu sangre divina, y que a través de este mensaje tu corazón de Buen Pastor hable a los corazones de tantos enfermos que van a leerlo. ¡Gloria y alabanza a Ti, Señor!

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